lunes, 27 de octubre de 2008



Del Street Art al Diseño.

El arte callejero o street art del término inglés, en su concepción más amplia y literal describe todo el arte desarrollado en la calle, normalmente de manera ilegal. Esto incluiría tanto al Graffiti como a otras formas diversas de intervención artística en la calle. Algunos de los centros más importantes del arte callejero se encuentran en Berlín, São Paulo y Toronto. Sin embargo, desde mediados del los años 90 el término Street art o su equivalente de Post-Graffiti se vienen usando para describir el trabajo de un conjunto heterogéneo de artistas que han ido desarrollando acciones artísticas en la calle mediante el uso de plantillas, posters, pegatinas y otras técnicas y códigos que se alejan del Graffiti.

El uso de plantillas (stencil) y pintura en spray, a menudo con un mensaje político, cobra especial relevancia en París en la segunda mitad de los años 60. Sin embargo, no es hasta mediados de los años 90, con la aparición de artistas como el norteamericano Shepard Fairey y su campaña “Obey” (Obey Giant) (Obedece al gigante), ideada a partir de la imagen del personaje de lucha libre americana Andre The Giant y llevada a cabo mediante el uso de posters y plantillas, cuando las diversas propuestas de este tipo cobran auge en distintas partes del mundo y son percibidas en su conjunto como parte de un mismo fenómeno o escena.

Temática.
La temática del arte callejero suele considerarse asociada especialmente a la lucha social y a la protesta política. Sin embargo, las manifestaciones de protesta se han ido Reemplazando por otras que “no reclaman nada” lo cual ha instalado un debate sobre los objetivos reales de los artistas que actualmente intervienen el espacio público. Se podría mencionar la influencia que recibe el graffiti de disciplinas más actuales como el diseño gráfico, la ilustración o la estética de la nueva corriente conocida como Street art.

¿Por qué se hace?
Siempre se han intentado dar explicaciones desde el punto de vista psicológico de por qué se hace graffiti. Numerosos han sido los intentos de sociólogos, psicólogos y demás profesionales del sector del estudio del comportamiento humano que han intentado dar explicación al fenómeno en artículos periodísticos, reportajes, programas de televisión y radio... Con un resultado en general equivocado o en su defecto muy superficial. Oímos hablar de inconformistas, inadaptados, antisociales, rebeldía juvenil... Pero para estudiar y justificar su causa de producción no podemos remitirnos a los eternos estereotipos, requiere más compromiso, adentrarse hasta las entrañas de un escritor, de un verdadero escritor y no intentar explicar un comportamiento global de una comunidad con el estudio de un par de chavalillos que probablemente no sepan por qué pintan. Hay dos caminos para llegar al kid de la cuestión: El primero es ser un escritor de graffiti o sentir como tal y el segundo, estudiar el hecho desde varios puntos de vista (Destacan los trabajos como el de Joan Garí “La conversación mural” más centrado en las pintadas en general moviéndose en el campo de la semiótica y en la tesis del Doctor en historia del arte Fernando Figueroa).












Arte o Vandalismo?

Esta cuestión es un círculo vicioso. El street art... ¿Crea o destruye? Es cuestión del punto de vista del que queramos verlo, es como el dilema filosófico del vaso de agua por la mitad ¿está medio lleno o medio vacío? El arte callejero siempre va acompañado de su condición transgresora, extralimitada, destructiva, combativa... en realidad es éste el caracter que constituye su esencia: La ilegalidad. Por otro lado nos encontramos con el inevitable carácter artístico de este fenómeno plásticamente hablando, el hecho de la destreza, la técnica o el estilo de un escritor es algo que puede tratarse desde un punto de vista meramente pictórico, al margen de ideologías o del lugar simbólico donde esté realizado. Esto nos lleva entonces a dividir el graffiti en dos partes: Arte legal (arte) y Arte ilegal (vandalismo). Hay muchas y muy diferentes opiniones al respecto. Esto a veces genera disputas o cuando menos debates sobre como debe pintar un escritor: legal o ilegalmente. Lo que está claro es que cada uno tiene su forma de ver las cosas y sus razones que le hacen decantarse por una o por otra (gozan de especial respeto los escritores que practican ambas, es decir graffiti en muros, en trenes, bombardeo...) En todas sus vertientes.

El Street Art y el Diseño.
Basándose en la función publicitaria de captar la atención, el street art adopta diversas técnicas y recursos publicitarios para hacer efectiva su intención. La aparición de los diseños de artistas en carteles les hizo dar el salto a formatos cada vez más grandes. El soporte puramente publicitario se convierte ahora en el arma de los artistas callejeros, abaratando costes y ganando visibilidad y rapidez en su ejecución. Destaca en este género los carteles y diseños de OBEY GIANT, quién aparte de su ciudad de origen, Los Ángeles, ha inundado medio mundo con sus carteles representando el rostro de André el gigante. Se empiezan a utilizar los stickers como soporte rápido y efectivo. Permite una mayor elaboración y un menor riesgo en su puesta en escena. Los stickers más conocidos son los americanos a modo de tarjeta de visita en las que figura una banda en la parte superior en la que se cita: “Hello, mi name is (Hola, mi nombre es)” en las que un espacio inferior en blanco permite plasmar el tag o el dibujo de su autor. No sólo esto, los stickers evolucionaron hasta impresiones a un color o varios colores con y distintos tamaños con diseños totalmente personalizados de sus autores, permitiendo una lucha por destacar entre ellos.


Bibiografía:
Figueroa, Fernando, “Graphitfragen”, Una mirada reflexiva sobre el Graffiti, Ed. Minotauro, 2006.

http://www.valladolidwebmusical.org/